El patio de mi casa es particular

Todos estamos expectantes de los medios de comunicación para saber cómo evoluciona esta pandemia, cuales son los pasos a seguir, pero sobre todo estamos deseando saber si podemos salir a la calle. A finales de este pasado mes de abril, el Ministerio de Sanidad publicaba en el BOE la orden en la que se permitía la salida de los menores de 14 años acompañados de una persona mayor de edad que conviviese con el menor o de un empleado de hogar previa autorización.

La noche del sábado 25 de abril se convirtió en una noche de Reyes anticipada, la sensación era la misma que cuando los niños se acuestan temprano con el deseo de abrir a la mañana siguiente los ansiados regalos de sus Majestades de Oriente.

Estoy seguro de que esa noche el mundo de los sueños se cargó de infinitas imágenes protagonizadas por cada niño y su sueño de ese ansiado domingo 27. Podían salir a la calle, pero previo manual de instrucciones como cuando utilizas tu recién estrenado juguete.

El tiempo de duración, una hora, la distancia 1km con respecto a la vivienda familiar, pudiendo utilizar las vías, espacios públicos y zonas verdes, también se les permitían llevar juguetes pero con la prohibición de acceder a parques infantiles. Justo esa mañana de domingo, las televisiones y periódicos se llenaban de imágenes y fotografías sacadas del baúl de aquellos Reyes de Oriente cuando los niños salíamos todos a estrenar nuestros mejores juguetes a la calle y nos olvidábamos de nuestro hogar.

Paradójico si pensamos cómo están las calles en un día de Reyes, donde los regalos que imperan son aquellos que te sujetan a un aparato en casa.

Estos "Reyes" a destiempo han logrado sacarnos de nuestro letargo interactivo saboreando la compañía de un simple juguete, respirando aire puro y abrazando así la libertad.

Niños que disfrutaban de su mejor patio, padres que miraban con alegría la felicidad de sus pequeños. El desconfinamiento poco a poco se va convirtiendo en el patio de un cole gigante donde esperamos nuestro turno. Los días siguen su ritmo ajenos a este confinamiento y el mes de abril ha pasado su antorcha a este recién mes de mayo. El tiempo ha cambiado y con él nuestro uniforme va adaptándose a la nueva estación. El calor ha hecho que cambiemos la manga larga por la corta, las zapatillas por sandalias y nuestros deseos de saborear un clima que solo podemos visualizar por ventanas y terrazas. Cada noticia se convierte ahora en aquellas reuniones de padres e hijos cuando todos a la vez disfrutábamos del mismo programa.

Ahora todos estamos delante de una pantalla escuchando las instrucciones de nuestros directores de cole, nuestros gobernantes.

Diferentes fotografías han inundado los medios de comunicación, estados de whatsapp que se convertían en las mejores pizarras del cole para entender las fases y sus horarios.

El sábado 2 de mayo el paseo marítimo de nuestra ciudad parecía el patio de educación física de un cole gigante, los más madrugadores comenzaban a las seis de la mañana. Bicicletas, deportistas, gente paseando, todo el patio de un cole agolpado por personas con ganas de volver a correr, sentir la velocidad y en definitiva con ganas de volver a estrenar las zapatillas que pisan vida.

Ojalá esta salida a este patio, que es de todos, la hagamos con sentido común, respetando horarios y persiguiendo un mismo final.